La autoestima es una de esas palabras que en los últimos años están en boca de casi todos. Es interesante pensar por qué determinadas palabras encajan tan bien en el discurso de la época. Seguramente palabras como autoestima y resiliencia se ajustan a los ideales del momento. Tener una autoestima alta y ser resiliente es un objetivo individual y también es algo muy valorado socialmente.
Aumentar la autoestima, uno de los principales motivos de consulta
Las personas que atendemos en consulta quieren saber cómo tener, aumentar o recuperar la autoestima. Es un motivo de consulta psicológica cada vez más frecuente. En este artículo queremos aclarar que trabajar la autoestima y la seguridad en uno mismo es posible, pero conviene no engañarse pensando que la solución es inmediata.
Estas preguntas no sólo las escuchamos en los despachos de psicología, en la actualidad, cada vez más personas se dirigen a internet para tratar de descubrir, por ejemplo, cómo aumentar la autoestima de un adulto, de un niño o de un adolescente.
Si bien el problema de la llamada autoestima afecta tanto a hombres como a mujeres, es una realidad constatable que son estas últimas quiénes sostienen la mayoría de este tipo de demandas. A veces son demandas específicas acerca de cómo aumentar la autoestima en la mujer, pero otras veces, consultan por la baja autoestima de un hijo o de una pareja.
Algunas personas quieren recuperar su autoestima porque consideran que la han perdido, por ejemplo, después de una relación sentimental tormentosa. Otras personas, quieren tener más autoestima porque consideran que no la han tenido nunca, algo que les ha llevado, por ejemplo, a mantenerse en posiciones de inferioridad en diversos ámbitos de su vida.
Una crítica a la banalización del término autoestima
Hoy en día se pueden encontrar desde tutoriales en Youtube hasta blogs de supuestos gurús de la psicología al uso, pasando por instagramers e influencers, por no hablar de los ya conocidos libros de autoayuda que llenan los estantes de las librerías de psicología, ofreciendo consejos y recomendaciones para aumentar la autoestima y recuperar la seguridad.
Todos ellos tienen algo en común, se postulan como conocedores del secreto. Ellos que, se supone, tienen una buena autoestima, nos explican al resto de los mortales, que se supone que no la tenemos, cómo aumentar la autoestima y cómo trabajar la autoestima…
A nuestro parecer estos planteamientos carecen del rigor y de la seriedad que merecen estos asuntos. Cuando alguien busca por internet cómo aumentar la autoestima es porque muy probablemente algo le preocupe de sí mismo y necesite encontrar respuesta, y eso es un asunto serio, muy serio, con el que no se puede frivolizar diciendo cualquier cosa.
Si una persona tiene una baja autoestima, en primer lugar, tendremos que saber qué quiere decir exactamente esa persona cuando hace referencia a ese término, es decir, no podemos dar por hecho que sabemos lo que está queriendo decir. Es necesario precisar qué quiere decir una persona cuando dice que tiene una baja autoestima. Sabemos el significado del concepto autoestima, pero no lo que significa para esa persona en concreto.
En segundo lugar, pongamos por caso, que la persona que nos pregunta y que quiere saber cómo mejorar la autoestima, es alguien que se hace inferior a los demás, que establece relaciones de dependencia, que se hace pequeña y que se siente insegura. Pensémoslo detenidamente por un momento, si alguien cuando habla de autoestima está haciendo referencia a todo esto, ¿de verdad podemos considerar que la solución puede ser tan fácil como leer un artículo o aplicar una pauta o seguir un consejo? De ser así, eso querría decir que lo que estaba en juego sería un problema sin demasiada importancia. Pero sabemos que no es así, es algo mucho más complejo y siempre que hay un sufrimiento implicado, la ética tiene que prevalecer.
Lo que nos enseña la experiencia es que la llamada baja autoestima no es algo que aparezca de la nada, no es un fenómeno aislado e inconexo con la historia de la persona, no es un problema que aparece como un seta de repente, es algo que tiene su historia, algo a descubrir su causa, algo que se ha ido constituyendo con el paso del tiempo y finalmente acaba marcando la vida de la persona en tantos ámbitos como ésta se desenvuelva.
Todo abordaje mínimamente serio de la autoestima implica un compromiso por parte de la persona. Desde nuestra experiencia, sabemos que cuando la persona entiende más y mejor los motivos o las causas de lo que hay detrás de su baja autoestima, resulta mucho más fácil encontrar recursos que permitan encontrar soluciones concretas.
A modo de conclusión
- La autoestima es una palabra de moda que en los últimos años ha circulado a gran velocidad en lo social.
- Existen múltiples gurús de la autoestima que ofrecen soluciones mágicas para mejorarla.
- No conviene dar por hecho que sabemos a que hace referencia alguien cuando nos habla de autoestima, es un término amplio que puede querer decir muchas cosas.
- Es imprescindible ser rigurosos con el abordaje. Detrás de una persona que quiere saber cómo mejorar la autoestima suele haber alguien que está sufriendo. Aquí la ética entra en juego.
- El tratamiento psicológico, concretamente el psicoanalítico, es la mejor manera de mejorar la autoestima porque ayuda a la persona a entender mejor lo que le pasa y ofrece la posibilidad de que descubra la manera de estar mejor consigo mismo y con los demás.