Que no se ha dicho ya y que no se ha escrito todavía sobre la depresión postparto, que no se sabe o que no se ha apuntado ya en relación a esta cuestión. ¡Se llega a hablar, incluso, de una depresión postparto en hombres! Es un tema absolutamente trillado, tanto en medios de divulgación: revistas, foros, redes, etc como en círculos más profesionales, en los que ya se habla abiertamente, por ejemplo, de los tipos de depresión postparto. Y es que no son pocas las personas que afirman haber sufrido una depresión después de dar a luz a sus hijos. Pero lo primero que queremos subrayar es que hemos de ir con mucho cuidado cuando significantes como estos toman e invaden masivamente lo social, el lenguaje popular podríamos decir, y se pierde toda precisión clínica, tanto semiológica como nosológicamente hablando.
Nadie puede dudar que en el embarazo se sufre una “montaña rusa” hormonal, y por consiguiente nadie tampoco puede poner en duda que en el postparto el tema hormonal también va a ser importante y va a tener unos efectos en la mujer a muchos niveles, no solamente a nivel anímico. Pero centrándonos en lo relacionado con el estado de ánimo que es lo que hoy nos ocupa, es evidente que la nueva situación vital va a tener una repercusión y no pequeña.
Hay mujeres que pueden afrontar ese momento con mucha angustia, ya sea por la incertidumbre que introduce un cambio en la vida de semejante calibre, como por el estrés asociado a dicho momento, si ya es difícil, duro o complicado cuando “todo va bien”, imaginémonos cuando algo de la recuperación y/o de la evolución tanto propia como del bebe se ve comprometida, ya sea porque no marchan las cosas como deberían, porque se producen pequeños incidentes no esperados, tanto de salud como circunstanciales. Pues es en estos momentos, donde puede aflorar con muchísima más facilidad todo un arsenal de sintomatología ansiosodepresiva, léase, preocupación, rumiación excesiva, pensamientos obsesivos, manías, tics, compulsiones, inquietud, insomnio, descontrol de impulsos, llanto, crisis de ansiedad… todo esto agravado por un cuadro de cansancio que a veces empeora todo ese malestar psíquico general.
Cómo saber si tengo depresión postparto
Y es que un estado de ánimo bajo, distímico, la anhedonia, la apatía, la sensación de tristeza o la falta de ganas en general siempre hay que poder poner en contexto y por eso es clave la intervención de un psicólogo clínico o psicoanalista con el que poder situar las coordenadas de cada caso, único y particular, singular en lo más profundo, porque aunque en líneas generales aparentemente estemos pasando por lo mismo (una depresión) es en los matices, en los detalles de lo que explica cada sujeto, cada persona donde reside el secreto tanto de lo que le pasa en la vida, como en esa situación concreta, y ahí es donde se va a jugar todo, ahí va a estar decisivo como va afrontar dicha situación, de qué herramientas dispone, qué recursos tiene o no y cómo se va a autorizar a utilizarlos, y eso solo es posible si uno consulta con un psicólogo o psicoanalista.
Tratamiento depresión postparto
No lo dudes más cuando notes algunos de los síntomas que hemos señalado, el paso del tiempo solo puede que enquistar algunos afectos y cronificar la sintomatología produciendo un malestar tanto en la mujer que lo padece, como en el núcleo familiar al que pertenece.
No es cuestión de hacerse la fuerte, la valiente ni es cuestión de voluntad salir de estos estados, son cuestiones muy humanas y por lo tanto muy complejas que requieren la mirada de un clínico para cernir, diferenciar y aprehender de qué estamos hablando cuando decimos “tengo depresión postparto”.